Autoficción 21. Radomiro Tomic, Patricio Aylwin….. y mi hermano, Alberto.

Acabo de leer la carta de mi madre, la que muestro más abajo. La empecé a leer en un día de invierno y nieve y ya no pude dejarla a un lado. Esta vez no fue como bajar al subterráneo de mi casa, más bien fue como aventurarme hacia el entretecho y más arriba, donde te pueden atacar los granizos, las lluvias y los rayos. Por momentos casi me dolió seguir con la lectura, sentí pinchazos, gritos del pasado, ecos, recriminaciones, demasiado terremoto bajo tierra, todo solapado con señales que si uno no interpreta bien, se cae y paga. Cuenta que mi hermano Gonzalo estaba nuevamente cesante, y mi madre tiritaba elucubrando una vida de pesadilla junto a él y Anita, su señora; todos viviendo reiteradamente bajo el mismo techo. Por otro lado, mi hermano Alberto junto a su familia habían visitado Chile después de muchos años. Las placas tectónicas a veces chocaron y en otras resbalaron, pero nadie se libró, nada fue gratis. Según mi madre, mi hermano “hasta fotografiaba las tablas de precios de comidas en las puertas de restaurantes pelientos”. Y mi padre apenas pudo gozar a sus nietos por estar muy ocupado….”Juan no los gozó mucho por estar de moda con la golpiza a Lavanderos. Ruego a Dios, vuelva a pasar algo parecido –sale en la TV- y se le llena la consulta (!)”……no pude dejar de reírme con ese comentario. Cuenta que mi hermana Mónica finalmente se casó por el civil con Pato (hoy separados); pero apenas lo divulgaron a la parentela o los amigos. Leo la carta, releo los párrafos y noto que fuimos muy engorrosos para decirnos las cosas; todo se decía a medias y de modo tan complicado, de manera tan indirecta, que no nombrábamos las cosas por su nombre. Todo parece inmerso en espejos, humos, reflejos y ecos de ultratumba. Dejo la lectura aquí en el invierno de Northville y siento un portazo del verano santiaguino en nuestra casa de ese entonces, y otro, y otro más, siento que alguien llora y que muchos sufren, se equivocan, apuestan mal y pagan duro. Pero aquí va la carta, aquí van las noticias como dice mi madre….. pero antes un recordatorio. Lee todo esto sin revancha, y asumiendo que ya estamos todos muertos, o casi muertos, bien cremados, o adentro de un cajón depositado tierra adentro. Todo esto fue ficción. Eso fue todo.

 

Santiago, 12 de Mayo de 1984

Cristiancito querido

Esta carta, aunque al releerla quiera romperla, no lo haré (como con las tres anteriores…).

Noticias: Juan ya sanó de la peste de moda. Dura tres días de malestar general, el último con unas 12 horas de fiebre, diarrea y vómitos….parece que el primero en caer fue Juan Alberto en el viaje de vuelta a Europa, claro que lo achacó a la campaña de terror orquestada principalmente por mi sobrina Alex a quien le creyó todo sobre la revisión de maletas antes del vuelo, y el pobre estuvo hasta la medianoche sacando inocentes fotografías, cartas y cassettes de sus maletas, ni un póster de Violeta Parra se atrevió a llevar. Después tuvo la peste Manuel Brunet (Casado con su hermana Mónica), el viejo, creíamos era el resultado de la firma del departamento que compraron con plata prestada por el Banco… un precioso Depto. Penthouse ubicado en Suecia, 500 más o menos….esperan arrendar esta otra casa amoblada, ya la han bajado de 90 mil a 60…. Hoy llamó Radomiro Tomic por los mismos síntomas, Juan ya lo está atendiendo…también tuvieron esa peste los parientes de Ximena Arrieta (una vecina pariente).

La casa ahora está muy serena, Álvaro (mi hermano menor) ve el video de la película de anoche de Al Capone….Juan duerme a mi lado sin sentir el tecleo….Mónica (mi hermana) está en Reñaca con Pato…Anoche llamó por teléfono, aún no le han dicho a sus papás lo del matrimonio…ya en el verano tuvieron la noticia del embarazo viento en popa y con ecografía de la hija mayor. Gonzalo ayer pasó toda la tarde aquí viendo videos, pero yo creo que más interesado estaba en esperar el llamado de la Universidad de Concepción. El compañero suyo le tiene casi de seguro un puesto en la Universidad de Concepción con 100.000; quizás se han arrepentido. No sé si lamentarlo, sería un contrato por solo ocho meses pagándole traslado de muebles. Andrés Zaldívar se comprometió a hacer lo posible para que entre a trabajar con Angellini, aunque ya le dijeron que no a Juan, pueden reconsiderarlo. Sería muy duro no tener ni esperanzas. Con unos setenta mil podrían vivir en ese mismo departamento. Creo que si no sale otra cosa tendremos que ayudarle nosotros porque es muy difícil la convivencia con ellos. Álvaro y Anita se entienden a las patadas y Mónica y Anita idem…para no repetir la historia, y yo no vuelvo a dejar mi pieza, así que sería peor que la vez anterior. Es mucho mejor tenerlos de visita. Gonzalo me duele adentro, es tan generoso. Estuvo feliz con tu tarjeta que le llegó justo el día 10, en su día, y otra para Mónica, y una preciosa para mí. Gracias por todos!!! Cucho ya está en la Serena (hermano menor de mi madre), por suerte el scanner solo mostró fractura fronto parietal. Está con reposo obligado en su casa de La Serena. Fue triste comprobar que ningún pariente lo podía cuidar aquí en Santiago, así es que volvió en avión ambulancia a La Serena. Oriana le entregó a Juan 23 mil pesos para ayudarle a pagar gastos incurridos en la Clínica Indisa. Dejarlo aquí, en esta casa, hubiese sido casa de locos….supimos que había estado dos días en una Posta de La Serena y después lo habían dejado en el Hospital de Coquimbo, ya que estaba algo desorientado. Chocó y después lo encontraron herido en la calle. Elena (su ex esposa) no quería cuidarlo allá, y mandó a Augustito (hijo de ellos) para que Oriana lo cuidara….ahí me opuse porque tendría que cuidarla yo a ella después, y el médico mío dice que yo tengo que repetirme el examen malo, el de los complejos inmunes, con un lote de infecciones en el examen mal hecho debería dar 50 máximo y me dio 300….pero como he pasado de un resfrío en otro no lo he repetido, además que no le creo nada a nadie. Sé que me enfermo cuando tengo que estar de carabinero del transito para que cada uno pueda realizarse en su vida, sin tener tiempo propio ni poder para modificar mi propia vida….Ya Juan está soñando con que viajemos en Julio a USA y al norte de España a conocer Guijón, el pueblo de la película “Beguin to Beguin”…además, por supuesto, de ir a Bielefeld. Le hacen falta unas buenas vacaciones.

Fue entre cómico y emocionante el matrimonio de Mónica y Pato. Estábamos esperando comunicarnos con alguno de los médicos del Hospital de Coquimbo, para tener noticias. En el fondo era para que allá supieran que Cucho era pariente del Dr. Fierro….y traerlo a Indisa en las mejores condiciones. Juan sentado a pata pelada con pijama en su sillón, cuando entra Mónica llorando y diciendo que ella no podía hacernos eso de casarse al día siguiente a las 8:30 am con Gonzalo y Álvaro de testigos, y sin avisarnos… La Guille entra con comida para Juan. Pato tratando de consolar a Mónica. Tenían tramado que Pato se despediría de nosotros, dormiría con Gonzalo Y Anita, se casarían y el volvería a Reñaca. Algo raro había notado yo, como que Mónica rebuscaba el closet de Álvaro (ropa decente, seguro). Se me hizo como un nudo al verlos tan jóvenes Pato y Mónica…brindamos con un vino Gato Negro y nos pusimos de acuerdo de tomar desayuno todos juntos en el Sheraton, al día siguiente. Entre conversaciones y ubicación y recomendación a Coquimbo, nos dieron más de las once de la noche, y en su departamento Gonzalo y Anita mordiéndose las uñas de preocupación, pues lo esperaban a comer y dormir a Pato. Aún estaba yo despertando al día siguiente cuando llega Pato todo orgulloso a mostrarnos la libreta. Mónica había revuelto mi pieza de vestir buscando un vestido para terminar poniéndose su ropa de siempre: pantalones. Creía que no la casarían sin faldas (?). Total nos fuimos todos al Sheraton donde llegó Juan y brindamos con champagne. El desayuno en ese Hotel es “layoso”. Mesones con todo tipo de frutas, jugos, jamones, huevos, platos calientes. El Hotel no ganó nada con nosotros. Comimos como prófugos y bebimos como náufragos….especialmente Gonzalo, Pato, Juan, etc. Los mozos y el Chef, sí, por la propina de Juan. Éramos nueve y Juan pagó unos seis mil pesos. Sentí no invitar a Oriana, pero Mónica cree que antes deben saber del matrimonio los papás de Pato….Mónica estaba radiante y Pato estaba chocho…..sentimos tu ausencia y la de Juan Alberto.

Y ahora lo que principalmente pienso de lo que quieres saber. Como estuvo este mes aquí, con los nietos. Es por eso que las cartas que te escribí las rompí. Es algo confuso de explicar porque nada veo claro. Nadie le ofreció trabajo a Albertito para una vez revalidado su título que serán unos tres a cuatro meses. Conocieron el departamento esquina del centro y les gustó para llegar y pasar los primeros meses, y después transformarlo en consulta. Está arrendado en treinta mil hasta Enero, y en 40 de Enero a Abril próximo. En Diciembre se debe fijar la renta de Abril en adelante. Pienso subirlo a 60 mil si aceptan, y ese dinero se lo dejaría a J. Alberto para que arriende algo mejor en el barrio alto. Si me dicen no, se los pido (para cuando ellos lleguen) con los niños, que entonces serán tres….Aída volvió a Bielefeld a los 21 días y Juan Alberto con sus niños se vinieron a la misma pieza que era de Juan Alberto. Quedó muy bien con las tres camas chicas….el mismo día los niños estaban como en su casa. En realidad desde que llegaron a Santiago Juan Alberto, Aída y los niños venían casi todos los días, además de Cucho que estaba en casa de los Brunet. Fue lindo tener a los niños aquí. En las mañanas los llevábamos al parque o al cerro, la Oriana o yo. Albertito vivía con su libreta llena de compromisos, además que parecía tener hambre de ver de todo. Hasta fue a comer mariscos al Mercado. El cura Chago Marshall me pidió un Cristo para procesión y altar, salí a comprarlo a la Feria Persa con Juan Alberto. Él gozaba viendo el clima, el ambiente chilenos. Hasta fotografiaba las tablas de precios de comidas en las puertas de restaurantes “pelientos”. Gocé los nietos y ellos me trataban con toda confianza, son niños amorosos, alegres, buenos, inteligentes. Juan no los gozó mucho por estar de moda con la golpiza a Lavanderos. Ruego a Dios, vuelva a pasar algo parecido –sale en la TV- y se le llena la consulta (que Dios no me escuche, quizás a cuanta gente poblacional han maltratado ayer!!!) Aunque por aquí ni se supo de protestas este 11. Hasta Marusa (hermana de mi padre) vino a ver a Juan Albertito. También lo invitó a tomar desayuno Radomiro Tomic. A comer con nosotros los Aylwin, Lucho Pareto también con nosotros (a Corita la operaron recién de un cáncer a un pecho. Esposa del ex diputado Pareto) pero ese día no fui, después de salir con los niños quedaba exhausta …también lo invitaron cada uno de los primos Brunet y Correa. De todos esos días me queda la sensación de haber estado esperando algún instante de serena amistad con Juan Alberto, instante que no llegó….creo que cada ser humano tiene sus propios mapas personales, no reactualizados, y esa podría ser la causa que si no se comparten, no se muestran, la gente va distanciándose. Los primeros días, detalles me herían, como si yo le escobillé el pelo a los niños, Alberto los llamaba para mojarles el pelo y peinarlos con peineta. Se molestaba si yo le pedía algo a Guillermina y se levantaba él a buscarlo, detalles, detalles, , en que quieren enseñar a vivir, eso los primeros días, después se dio cuenta que yo no me incomodaba en cambiar, y como los niños estaban contentos los dejaba tranquilo con Mónica y conmigo, para salir a comer fuera. A los pocos días tenía confianza con sus hermanos, gozaba las conversaciones con Álvaro a quien dejó niño. También se llevó bien con Pato. Todo estuvo recontra bien, hasta que supe el último día que había ido a ver a Liliana (hermana menor de mi madre. No se hablan). Aún no me repongo de eso. Creo, que si está en mi casa, lo menos que podría hacer era decirme que quería ir a verla, antes de hacerlo. Si yo sabía casi siempre donde iba, ¿por qué entonces no lo hizo? Lo sentí como una deslealtad profunda. Y se lo dije. Además estaba sentida porque se estaba interesando en llevar libros que yo le había enviado a Bielefeld y ni se había interesado en ver, como los de Pablo Huneus, se me había ido acumulando. Pequeños gestos que yo interpretaba como desaires, como odio hacia su madre. Le dije todo lo que pensaba. Como que debía tratar de ser más culto leyendo a contemporáneos, a gente culta, en lugar de vivir allá entre gente de tan bajo nivel intelectual. Que si quería ser alguien más persona, debía trabajar unos cinco años, tener prestigio en base a preparación seria, y si quería ser político que se preparara para no ser pasto para buitres…que podía un hombre renegar de todo, menos de su madre…creo que no entendió nada, sino que yo estaba peleadora…que fue lo que me dijo. También contribuyó a mi estado de ánimo el no entender qué es lo que pretende al volver. Ahora, ya con más serenidad, creo que lo peor habría sido guardar el rencor adentro. Quisiera saber qué es lo que el espera de nosotros. Le admiro por haber aprendido alemán, haberse titulado, pero me da lástima lo poco que ha crecido políticamente. No ha ampliado su horizonte, al contrario. Seguro que vuelven porque inscribió a sus niños en el Colegio Suizo ($8.000 t tantos al mes por cada niño). Quizás estoy un poco dolida, creo que rechaza en mí, lo que él no acepta en si mismo. Su vida será una contradicción. Ya Fernandito vive preocupado de $, quiere tener harta $…Creo que Albertito rechaza en mí la persona que él cree cómoda, burguesa. No supo, porque yo no quise que viera, cuanto esfuerzo era irse en invierno a construir la casa de Algarrobo, pasar años antes de tener lo suficiente para transformar esta casa. Cuando usaba todo el invierno pantalones porque así no se veían las medias rotas. Ahora gozo el poder gastar en cosas que no tuve sino después de los cuarenta años. ¿Qué mal hay en eso? Además lo hago concienzudamente: rara vez estoy sin algún dolor por alguna inflamación. Tengo que pensar en cosas agradables para no interesarme en lo que duele, porque no tiene remedio. El médico que me ve ahora dijo que tengo los órganos agrandados y por eso incomodan, y dice que él encuentra muy bueno el espíritu alegre con que trato de vivir. Tú me enviaste hace años recortes sobre la importancia de reir….Es que para Albertito el modelo debe ser alguien como la mamá de Aída, en su impecable casa, donde solo se va si se es invitado (en los veinticuatro días, una vez invitó a Juan Alberto con sus niños a tomar té y otra vez a almorzar, y ni siquiera llegaron al aeropuerto a despedir a sus nietos). Prefiero nuestro ordenado desorden en que cada uno hace y trae a quien quiere. Ahora Álvaro sigue con mi video y TV, Juan leyendo. Ya tomamos once en la cama. Mañana Anita y Gonzalo vienen a almorzar y en la tarde iremos al cine con ellos. Ya no pretendo educar a nadie, pero tampoco acepto ser reeducada, no me sobra el tiempo. Llamó Juan Albertito apenas llegaron a Bielefeld. La semana pasada lo llamé yo para contarle del matrimonio de Mónica, pero se me olvidó decírselo. Estaba furioso porque Juan no le ha enviado las cassettes y papeles…yo ni sabía de eso…se lo escribí. Saldrán la próxima semana con Renato Hevia quien las pondrá al correo desde Roma. Lo entiendo, porque quería dar conferencias. Con el tiempo espero suavizar aristas.

Por supuesto que hemos farsanteado a medio Chile con las fotocopias tuyas, y la gente admirada, sobre todo aquí en casa tu papá. A mí me parece natural que recibas el premio Nobel..

Juan estaba medio amostazado de tanto escribirte yo. Le leí las dos páginas anteriores, y ahora está sereno esperando la hora de ver el concierto de Claudio Arrau por la TV.

Ya oscurece, empezó el invierno, tengo que impermeabilizar la terraza de estas pieza tapando las ranuras con plástico y pintando el suelo con ese rojo antimohos y luego cera, debajo del pasto plástico. Lo haré el lunes. Del 3 de Mayo al 5 de Junio me inscribí en un curso Taller sobre teoría gestáltica dirigida por el siquiatra Francisco Huneus (los martes y jueves de 7 a 9 pm). Desde que leí a Fritz Pearls hace unos ocho años me ha interesado eso de “yo soy yo, tú eres tú, si alguna vez nos encontramos , gracias a Dios”. Somos unas treinta personas de todas las profesiones….después te cuento de este curso, es crecedor en comprensión del fenómeno humano…en verdad, la experiencia de la estada con un hijo mezcla de chileno-indígena-alemán hace necesaria la revisión y puesta al día de mis “mapas”…

Esta página no la releeré para que la carta salga. No te preocupes Cristiancito por nosotros. Tu papá y yo nos tenemos ternura y nos acompañamos.

Ahora si que tienes que mandarme algunos de tus cuentos . No dejes de escribir, es como patinar, se perfecciona solo con la práctica. Será importante para ti en un lote de años más, vaciar con magnifico estilo tus experiencias. Guarda tus apuntes, tus esbozos en carpetas. Alone lo hacía así, y gozaba leyéndose años más tarde. Me decía que no fue escritor porque tuvo miedo de inventar y no se atrevió a vivir independiente…tan simple y verdadero. Vivió siempre en su casa, con su familia…..

Un gran abrazo

Ximena

Lunes 19. Fue rico el oírte anoche. Gonzalo y Anita almorzaron aquí ayer y fueron a la matinée. Gonzalo está seguro que lo de Concepción sale porque está aprobado y es cuestión de que quieran pagarle menos de $100.000 al mes. Gonzalo está sereno. No creo que salgamos de viaje con Juan. Tendríamos que empezar a ahorrar lo que veo difícil. Tendremos que apuntalar a Gonzalo. Ahora el Banco presta, pero en UF, que siguen subiendo. Además, creo yo, es leso is gastar a Europa en pasajes. Preferiría arrendar algo por un mes en Cleveland y como tenemos los pasajes solo gastaríamos en la estadía. Pero dejaré a Juan decidir, son sus vacaciones bien necesarias. Escríbele a Alvarito, está algo deprimido. Debe estar todavía enamorado de Carola. Dice que Carmen, la película, se la recordó. Perdona esto escrito “al boleo”.

Cariños

Ximena

Un comentario en “Autoficción 21. Radomiro Tomic, Patricio Aylwin….. y mi hermano, Alberto.”

  1. Por supuesto que tenía que distanciarme. Era la única forma de protegerme y de proteger a mi familia. Mantener una cordial distancia fue mi forma de defenderme.

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