La siguiente carta de mi madre, fue escrita un 6 de Mayo. Ella menciona claramente esa fecha al principio de su carta, pero no indica el año. Por lo que cuenta no es difícil atribuirla al año 85. Es interesante comprobar como, pese a que mi madre hacía pocos días había decidido abandonar el tratamiento de quimioterapia, con todo tipo de tribulaciones internas que una decisión así acompaña, en esta carta ni siquiera toca el tema, ni lo menciona, como si ya hubiese doblado una esquina para escoger otro punto de partida, otro camino. Solo al referirse a un fiesta de matrimonio cuenta…… “tapé mi pelada con un extravagante sombrero verde.” Eso sería todo.
Menciona que el terremoto o temblor muy fuerte ocurrido hacía pocos días ya había pasado, pero todavía se podían ver los escombros en las veredas sucias. También toca el tema recurrente de las inundaciones por las lluvias; eso parece que no cambia nunca en Chile a través de los años. Florecen nuevamente los comentarios políticos sobre la realidad política chilena de ese entonces, y sobre todo de la democracia cristiana, al participar del matrimonio de la hija del ex diputado democratacristiano (DC) Luis Pareto:
…..”me resfrié por ir al matrimonio de Paty Pareto, quien se demoró más de una hora en llegar a la Iglesia por desperfecto del auto desde los dominicos donde viven, así que tuvo a casi toda la DC esperándola. Los del lado del actual presidente Gabriel Valdés y los del que postulan a Juan Hamilton se entretienen mucho peleándose puestos inexistentes…”
Mi hermano Gonzalo trabaja ahora en la Unicef y prepara traslado a África. Mi hermano mayor, Alberto, prepara su regreso definitivo a Chile, mientras un primo mío, que trabajó para la temible DINA de ese entones, el brazo de la inteligencia y represivo de Pinochet, se preocupa porque el coronel a cargo de su regimiento le pregunta sobre mi hermano, por su número telefónico en Alemania (?). Mi madre en su carta lo menciona como algo sin importancia y banal (pese a que no fue un tema banal) por si la carta era interceptada y leída por otros:
….”parece que alguien hizo una llamada telefónica sin pagarla desde ese regimiento, eso pensamos. “
Y al final menciona:
….”ya en broma dicen que en Chile no se balancea un pelo, sin que lo sepa Pinochet.”
Es decir comentarios insípidos, donde se da a entender que no se esconde nada, no hay nada sospechoso, por si la carta fuera interceptada para terminar en otras manos. Nótese como menciona de manera tangencial el número telefónico de mi hermano, y que por el momento no tiene por estar mudándose de departamento.
Recuerdo que ese primo nuestro, Rodrigo, iba a la casa de mis padres para comentar las llamadas telefónicas que recibíamos. “¿Así que son bien amigos de los Aylwin, tía?,” le decía a mi madre, como volando una advertencia, una alerta, una bandera roja. Imagino que lo dejábamos entrar a nuestra casa más que nada para conocer los riesgos, lo que se venía encima, o lo que nos podría suceder en el futuro. En una de sus visitas y después de sus continuos comentarios sobre las llamadas telefónicas a la casa de los Aylwin (y otros personeros demócrata cristianos), mi madre le sugirió una explicación fácil, y que salpicaba sueños y dramas, pero bien carnales:
-Cuéntales que yo soy su amante.
La idea le pareció muy buena. Con una explicación así, mi primo borraba de un plumazo su problema para entrar decididamente en el terreno de los dramas pasionales, que son bastante universales y previsibles, cualquiera los entiende: eran simplemente amantes. Mi primo respiró tranquilo porque ahora podía presentarse frente a sus superiores anunciándoles, entre carcajadas belicosas, que su tía “….es la amante de Aylwin, por eso se hablan tanto por teléfono”. Pero así fue como mi madre, años después, descubrió que en los archivos de inteligencia de Pinochet a ella la habían catalogado como “la amante” no solo de Patricio Aylwin, pero de varios políticos de oposición en esos años. Imagino que ese fichaje contribuyó a que no le ocurriera nada malo a nuestra familia, aunque con el tiempo, la amistad de mi madre con Leonor Aylwin se resquebrajara. Imagino que en algún rincón de su memoria, a la señora Leonor se le encendió una chispa que le pudo haber sugerido que “algo” había ocurrido entre su marido, Patricio Aylwin, y mi madre, como lo mencionaban claramente los archivos de inteligencia descubiertos años después, cuando su marido encabezara el primer gobierno democrático que siguió al de Pinochet.
¿Y qué puedo decir sobre mi primo? A él lo recuerdo como un tipo de sonrisa fácil, a lo Elvis, pero medio indolente, poco curioso, con facilidad para los chistes fomes, y desgraciadamente malo para prepararse, sin una ambición de calidad, sin sueños grandes, que al final son importantes porque te muestran un rumbo, te abren un camino, aunque al final sea poco lo que resulte y se materialice. No recuerdo ninguna conversación sobre lo que él pensaba estudiar en el futuro, por ejemplo, o sobre lo que le gustaba hacer. A su padre, mi tío Jaime, le gustaban las radios, y se entretenía mucho como radioaficionado. Revivía con los temblores y terremotos que asolaban al país periódicamente porque ahí las radios eran importantes, y por añadidura él pasaba a ser un personaje de categoría. Vivía en una casa chiquitita, pero cuando encendía su radio se le ampliaba el horizonte y se le abría un ventanal grande que lo comunicaba con la Patagonia, Punta Arenas, Atacama. Ahí era simplemente un rey, resucitaba, daba órdenes, hacia de intermediario, entregaba sugerencias perentorias. Su señora, la tía Carmen, fumó tanto que al final llegó a tener una voz de hombre, bien profunda para una mujer. De mi primo ahora no sé nada. Vive al margen de los familiares, incluso lejos de su propia hermana. No se hablan porque además tuvieron problemas con la herencia, no supieron cómo repartirse los grandiosos objetos materiales que heredaron de sus padres…… cajoneras repletas de ropa interior, fotos, cortaplumas, cepillos de dientes. A lo mejor en este preciso momento, mientras escribo esto desde Michigan, él camina solitario por alguna vereda santiaguina, por Tobalaba, por ejemplo, emergiendo anónimamente de una estación de Metro y acompañado solo de secretos; adiestrado a guardarlos, adiestrado a esconderlos como le enseñaron en la Escuela de las Américas en Panamá, donde los norteamericanos adiestraban a los militares latinoamericanos en materias de espionaje, interrogatorios, y….. y todo lo demás (!). Lo más probable que ahora ría poco, y que su sonrisa se parezca a una mueca triste, muy lejos de Elvis, muy lejos de esos años cuando éramos pequeños, cuando había sol y mirábamos hacia arriba y nos reuníamos los fines de semana junto a nuestros padres. Tertulias que ahora recuerdo como fotos viejas, desteñidas, y donde cada vez desconfío más de lo que muestran. La memoria tiene trampas y es muy poco confiable.
Por último, es interesante leer como termina su carta mi madre al despedirse. Al compararlas con las despedidas de mi padre parecen parecidas, pero tienen sutiles diferencias. Ella en su frase final, se refiere a mi padre como “tu papá”, “tu papá y yo te enviamos un gran abrazo”. Diferenciándose claramente de mi padre que se refería a ella como “la mama”, “la mamá y yo te enviamos un gran abrazo”, como indicando una madre universal y generosa, una gran teta que nos amamantaba a todos, que nos quería y protegía a todos, incluido el mismo, mi padre.
Aquí va su carta:
Cristiancito amor
…en el lugar en que estés lo sientes tu casa, y creo que así debe ser en este mundo. Un lugar para todos y para cada uno…. Hoy es 6 de Mayo, en dos días más estarás volando a Cleveland. Pídele a Pilar que vaya con una maquinita para cuando uses el birrete y la capa y me mande la foto ya que no podremos estar con ustedes. ¿Podrá Pilar irse luego a Berlín? Porque es muy duro no tener a quien decirle que uno se siente solo a veces….
Aquí todo igual, los días se estiran cuidadosamente uno sobre otro, así como los hechos policiales; nos acostumbramos, nos volvemos cada día más indiferentes. Vemos en los barrios antiguos que aún hay escombros en las calles. Ayer llovió, más alcantarillas tapadas. Me resfrié por ir al matrimonio de Paty Pareto, quien se demoró más de una hora en llegar a la Iglesia por desperfecto del auto desde los dominicos donde viven, así que tuvo a casi toda la DC esperándola. Los del lado del actual presidente Gabriel Valdés y los del que postulan a Juan Hamilton se entretienen mucho peleándose puestos inexistentes…después siguió un “champañaso” (textual) con un cuanto hay en una de esas casa que arriendan por 50 lucas por la tarde. Mónica (mi hermana) y Pato se quedaron hasta cerca de las dos de la mañana. Juan y yo nos vinimos como a las diez, porque para pasar el frío me tomé dos copas seguidas de champagne y toda una bandeja de canapés….El marido de Paty es su eterno pololo y seguirá trabajando con Lucho. Corita (esposa de Pareto) ha engordado espantosamente…. Yo tapé mi pelada con un extravagante sombrero verde y un traje comprado en Bal Harbor, Miami.
Mónica y Pato se casarán más o menos dentro de un mes, sin ceremonia, sólo un cóctel entre nosotros y la familia de Pato, ya que no se casarán por la Iglesia según los deseos de Mónica, y que yo respeto. Pasarán unos días en Buenos Aires y vivirán en el departamento de Agustinas esquina de San Antonio hasta que les salga la beca de España o Italia, más o menos por Septiembre. Después tengo pensado subdividir ese departamento en dos o tres chicos como han hecho casi todos en el edificio. Es más fácil arrendar tres departamentos a 20 mil cada uno, que como está ahora, grande, en 40, aunque uno corra con los gastos comunes. Los papás de Pato han tenido muchos problemas económicos, y ahora Bebe está con depresión (desde el sábado). Gonzalo (mi hermano) y Anita felices por la esperanza de que destinen a Gonzalo a África, quizás el próximo año. Se las arreglan bastante bien con los 500 dólares. Están muy contentos con el trabajo de Gonzalo, hasta les está dictando un curso de computación. La guagua es encantadora, tiene dos cachetes de Gonzalo y los sube al reírse….Anita les da puro pecho, es bien sanita y amorosa.
Alvarito sigue viento en popa con el pololeo con Marlen, a la que llamamos El Bombón, por su carita rosada y llenita. Tiene preciosos ojos almendrados, y no sé cómo estudia agronomía, donde dicen que son tan mal hablados…regalonea a Plito (sobrenombre de mi hermano Álvaro), hasta haciéndole merengues….
Tengo otra empleada, una vieja de 55 años, bien gente, que hace los altos y en las tarde cose. Me encanta que me pasen la ropa en la mañana, me abran la cama, me prepare juguitos, etc….. desde entonces la Guillermina la imita. Parecen un conjunto de ballet….al principio, cuando Guillermina volvió de vacaciones, estaba furiosa, pero nunca amenazó con irse. Compré un catre estupendo en oferta en Muricy ($15.000 el dólar está a ¢168). Ya se han hecho amigas, Guille duerme en el catre de abajo y Luz arriba.
Y no tengo más que contarte….estoy leyendo a Erica Jong en “How to Save your own Life”. Su inmoralidad me hace reír…
También sigo haciendo joyas, pero hoy no pude porque el auto amaneció en panne.
Aída (esposa de mi hermano Alberto) llega el quince. Llamó Albertito. Supongo que sus padres irán a esperarla. Adela le tiene lista dos piezas y un colegio para los niños. Dicen que en Diciembre terminan la casa para ellos. Recién llamé a Juan Alberto para felicitarlo por su examen como especialista en Medicina Interna.
La dirección de Alberto en Münster es:
Am Meckelbach 2
44 Munster-Roxel
Después me dirá su teléfono cuando tenga su teléfono.
Quiero que le cuentes lo siguiente a Juan Alberto. Mi hermano Jaime me llamó (siempre lo hace). Pero esta vez estaba medio incómodo. Rodrigo (su hijo) está en el 7 de Peñalolén, es capitán. El coronel de ese regimiento llamó a Rodrigo y le preguntó primero en qué ciudad vivía su primo Juan Alberto. Rodrigo le dijo no saber por dejación, entonces le dijo que le diera el número de teléfono de ese primo en Alemania. Rodrigo no se atrevió a llamarme, por eso lo hizo Jaime. Le di el teléfono de Bielefeld. Jaime me pidió que yo no hiciera historia de esto para no perjudicar a Rodrigo. Parece que alguien hizo una llamada telefónica sin pagarla desde ese regimiento, eso pensamos. Puede y no puede ser. Lo triste es el tiempo que se gasta en tener anotados en la hoja de vida de cada oficial los asuntos y direcciones de toda la familia. Ya en broma dicen que en Chile no se balancea un pelo, sin que lo sepa Pinochet.
Me incomoda escribirle esto a Juan Alberto, pero por si tú no le quieres contar esto, se lo escribiré a Münster, y mejor es no hacer olitas….Pero como esto es Chile, te apuesto que antes de un año Albertito estará dializando a los oficiales…
Tú papá y yo te enviamos un gran abrazo y que lo pasen felices en Canadá.
Ximena