Compraba leche descremada en el supermercado, cuando recibo una llamada de mi hermano Gonzalo, desde Canadá, donde vive actualmente y desde hace muchos años. Creí que me llamaba para mandarme a buena parte y para gritarme qué cómo podía mostrar tanto, cómo podía meterme tanto en esa intimidad, en la intimidad de Anita y de él, su hogar. Pero entonces le habría rogado que no se preocupara, que estas notas hay que leerlas como si ya estuviésemos todos muertos, o agónicos…… algo que no está tan lejos de la realidad. Para tranquilizarlo le habría preguntado, ¿mienten los agónicos? ¿todavía insisten en mentir, los agónicos? Pero felizmente nada de eso sucedió. Gonzalo se notaba feliz con la nota y me confesó que muchos de esos detalles, como fueron el comportamiento de Simba -el pelo regalón de Anita- o lo que ocurría con el cabello de Anita que se le caía, o las empanadas de sorpresa con que nos había recibido, se le habían olvidado. Sus palabras me confirmaron que de alguna manera, en un pequeño porcentaje, ya hemos muerto, nos hemos acercado al cajón otro poquito al olvidar tantos fragmentos.
La carta de Pato que transcribo mas abajo (actualmente separado de mi hermana, Mónica) también muestra que con el transcurso de los años no han cambiado mucho los problemas de Chile. Es una carta que “añejó” bien, porque los problemas que relata, que ocurrían hace tan solo treinta y cinco años –“como un suspiro, mijito”, como me habría recordado mi padre- no han cambiado con los años y parecen actuales, siguen vigentes en el 2019. El desborde del río Mapocho con las lluvias, por ejemplo, es un tema recurrente con los años. A lo mejor los robos pueden haber evolucionado un poco, porque los bandidos se han perfeccionado, son más creativos, como cuando roban autos perpetrando los famosos “portonazos”, donde los sustraen cuando los choferes despistados se bajan, al final del día, para abrir el portón de entrada.
Aquí va su carta de treinta y cinco años atrás:
Junio 30 1984
Dear Cristián:
Recién hace 5 minutos, la Moniquita que está en cama con gripe, pero trabajando, me pasó la última carta tuya para que la leyera. Con eso me acordé que habías echado de menos que te escribieran, así que lo estoy haciendo por primera vez. Y además como cuñado…jajaja.
Tal situación ha hecho que nos riamos súper harto, pues todos nos miran con cara de cierta complicidad y con una sonrisa a veces masticada. Lo que Mónica aprovecha a cada rato para recordar su nuevo estado… a un modo de triple o cuádruple sentido…casi siempre en horizontal y de la cintura para abajo.
Una de las cosas que más gozamos es verse “exento” de los miles de consejos de múltiples tías, las que hay tragarse siempre con la sonrisa en los labios, aunque uno a veces quiera decir las cuatro ch…..chadas…
No sé si sabes que en la Universidad Católica de Valparaíso está quedando la escoba cada día más. Esto debido a que gran parte del estudiantado es beneficiado por el crédito fiscal, y debido a los problemas del país etc. etc. un 75% de la universidad pidió tal crédito, el cual fue dado solo a un 30% de los postulantes. El resto no tiene como pagar, lo que significa que se van a tener que ir. Por eso todos los días hay peloteras con los pacos y queda una cagada. Lo increíble es que con los disturbios ya hay 50 millones en pérdidas –vidrios, bancos, libros- y se necesitan para el crédito fiscal unos 100 millones, lo que ya son 150 millones de déficit. Como el “perdonazo” tiene que ser para todos los universitarios del país, el estado tendría que “ponerse” con 3.000 millones de pesos para subsanar todo el pastel.
Así es que el asunto se puso negro para el “Capitán General”. No sé qué irá a pasar. Lo que sí, mi escuela cambió sus planes de estudio y en vez de estar en la escuela /ya sede/ los alumnos se van a viajar por toda América; en 5 o 6 puntos de América vamos a levantar obras de arquitectura. A mí, por estar en titulación, en un principio me tocaría ir a Alaska, pero no sé en qué irá a quedar todo. La idea de este viaje a la Moniquita no le gusta mucho porque en principio sería en Septiembre, y en esa fecha ella estaría entregando su proyecto de título y necesitará ayuda…
Una de las cosas que están aumentando son los robos de autos y casas. El otro día en la puerta de la escuela, como a las 12:30 horas me robaron un ecualizador del auto, para lo cual me cortaron la goma del parabrisas trasero con un cuchillo. Al hacer la denuncia a carabineros, estos se “extrañaron” ante un robo, pero en el juzgado me encontré con otras “víctimas” en el mismo lugar y a la misma hora. Parece que los pacos dejan que los “vecinos” de recreo se hagan sus “peguitas nocturnas”. En fin, hice la denuncia para ver si pasa algo.
Desde anoche ha estado lloviendo intensamente, lo que nos hace sospechar que se podría repetir la salida del Mapocho de hace dos años. De todos modos faltan dos o tres días más para afirmarlo con certeza.
Bueno, aquí termino la carta, ojala no sea demasiado latera o penca; quizás es un poco ordinaria en los temas. Pero en la Escuela me estrujan el cerebro con temas y teorías densas todo el día y los fines de semana me escapo a Santiago para ver a la Moniquita y a mirar todo con otros ojos, aunque estar en el octavo año de universidad ya te ha dado otros ojos para ver todas las cosas. Y aunque parezca increíble, los viajes Santiago-Viña en bus, o en auto, me cargan las pilas con ideas y cosas por pensar. Ya me llegó el momento de no poder disociar vida y oficio. Eso me hace feliz porque como que se crece en todos los aspectos al mismo tiempo y en la misma medida.
….pucha, al leer la carta, sobre todo en esta última parte, me puse un poco a divagar y suelto de lengua….¿será la edad?
Un saludo inmenso a Pilar, y a ti la mejor de las suertes.
Chao y saludos
Pato
Parece que yo continuaba mandándoles revistas deportivas a mi antiguo profesor de física. Él, angustiado, me confiesa….. “de lo que aquí ocurre es mejor no hablar, porque resulta tan doloroso que por razones de higiene mental hasta es mejor practicar la política del avestruz. Algún día Dios se apiadará de Chile, aunque nos ocurra sea culpa de nosotros mismos.” Desgraciadamente no logró involucrarse en una carrera de periodista deportivo como él buscaba, pero a lo mejor mi profe, al leer las revistas que le mandé, al soñar un poco en otro mundo, se transportó hacia otros lugares más lejanos y eso alivió su vida. Espero haya sido así. Aquí va la carta que me parece fue escrita a finales del 84:
Querido Cristián
Una alegría muy grande tuve al recibir tu tarjeta con las interesantes noticias sobre aspectos tan importantes en tu vida como son tu matrimonio y tu doctorado.
Dios quiera que seas feliz junto a tu señora y que el doctorado que recibes pueda ser útil algún día para el desarrollo científico de este país.
De lo que aquí ocurre es mejor no hablar, porque resulta tan doloroso que por razones de higiene mental hasta es mejor practicar la política del avestruz. Algún día Dios se apiadará de Chile, aunque nos ocurra sea culpa de nosotros mismos. Al parecer es muy cierto aquello de que los pueblos se merecen los gobiernos que tienen. Es increíble, pero cierto, que después de la declaración del Estado de Sitio, todo se transformó en una taza de leche.
Respecto al encargo, no te empeñes demasiado. Si está a la mano, perfecto. De lo contrario, no importa.
Un saludo muy afectuoso para tu señora y que sean muy felices.
Tu amigo
Hernán Vergara
Y para terminar aquí va una carta de mi amigo José –Pepe- Zalaquett, que me recibió generosamente durante mis primeros días en Washington, cuando yo estaba recién llegado de Chile. Siempre recordaré la enorme taza de café que me ofreció la primera vez que nos vimos, y que me ofreció acompañada de una servilleta enorme, que parecía una bandera blanca. Con ese gesto, de inmediato pensé que José era un buen tipo, y que me ayudaría. Por un tiempo perdimos contacto por sus numerosos viajes a todas partes del mundo trabajando para Ammnesty International, mientras yo me escondía en mi cueva de laboratorio donde también desfilaban variedad de tormentos, pero de distinto tipo. José había sido expulsado de Chile, pero después lo autorizarían a regresar. La tarjeta me parece que es del año 86. Me estoy saltando años; pero no importa, ese es un detalle. Como dice él, mi tarjeta le llegó a sus manos con un año de retraso. Imaginemos por un rato que le llegó a tiempo y sin demora.
Recuerdo que una de mis visitas posteriores a Chile, José me llamó por teléfono a la casa de Santiago. Mi padre contestó el teléfono y anotó el recado. Mientras yo lo leía, me gritó desde su cuarto…. “dicen que Zalaquett es medio genio”……. Y la verdad que así es, pero sobre todo es un buen tipo, le dije. Repaso con cariño esos años iniciales, y compruebo nuevamente la generosidad tan grande de gente que apenas conocía y que me ayudaron tanto:
¿Dónde andas, Cristián? Espero que en esta dirección. En el curso de los años siempre me has escrito (dos o tres veces), pero he estado en otro país. Ahora estoy de regreso en Chile, desde hace un año.
Después del 2800 Adams Mill (en Washington, de donde me fui en el 82) estuve en Inglaterra, de vuelta en USA y finalmente me autorizaron a regresar a Chile y me volví. ¿Qué será de ti, ahora? ¿Quién es Pilar, que gentilmente firma tu última tarjeta?
Por cierto me acuerdo de ti, de nuestras partidas de ajedrez en mi subterráneo, y de tus estudios de química. Tu tarjeta de Diciembre 1985 me llegó más de un año más tarde, cuando pasé de visita a la dirección de Adams Mill donde me la tenían guardada. Espero retomar contacto.
Pepe