Estas notas pueden llegar a ser un relato que desemboque en una historia personal, subjetiva y repleta de errores, pero al fin un relato mío, mi propia narrativa. A lo mejor interesará poco afuera del círculo íntimo, ese que también incluye a los gatos y a nuestro perro regalón, el Copo, pero espero que sea mi tejido, mi trama, (nótese, no “mí drama,” aunque nada se puede predecir). Sobre todo están basadas en las cartas que me escribió mi madre en esos años, que fueron muy abiertas, insolentes, muy subjetivas y sujetas a su propia realidad. Cuenta sin tapujos, sin “pelos en la lengua” lo que ella sentía, pero lo hacía solo cuando se decidía a hacerlo, porque desgraciadamente pronto se chantó (o felizmente se chantó), o a lo mejor se dio cuenta que no valía la pena, o que era mejor firmar por el olvido, “dejar a los muertos tranquilos con los muertos”, como le escuché decir tantas veces: “ya no me importa, no hablemos de eso, Cristiancito, ya están todos muertos.” Pero aquí se abre una oportunidad para implementar una simulación –como hacen los ingenieros con sus cálculos, o los químicos teóricos con sus investigaciones- para contarnos las cosas, los dramas, como si ya estuviésemos todos muertos, bajo tierra, y presenciar o buscar los resultados de todo eso.
En las siguientes entregas, seguiré componiendo estas notas con la ilusión de descubrir algo. Y si no descubro nada, o poco, o casi nada, y si más encima aburro, al menos me quedará un resumen de unos años que creo fueron importantes.
En la siguiente carta mi madre cuenta que mi papá, ya jubilado, continuaba como un “roble”, como un petrolero y trabajando sin cesar; pero esta vez en la Clínica Indisa. La consulta que implementó en la calle Huérfanos la utilizó muy poco.
No sé, no tengo claro si a mi padre le gustaba realmente trabajar de esa manera y por tantas horas; pero mi madre se notaba feliz porque la dejaban sola, sin vigilancia, sin ese marido absorbente que le seguía los pasos por los pasillos de una casa, por el baño, la cocina. Y a nosotros, nuestro padre también nos mantenía felices porque nos “salpicaba” y seguía apoyando nuestras necesidades a la distancia. A mí, por ejemplo, me mandó dólares y me ayudó a viajar a mi primer Meeting científico en este país, en San Francisco. Ahí me encontré con Ernest Yeager, mi futuro director de Tesis, que se paseaba como un obispo rodeado de acólitos, que en ese tiempo eran unos estudiantes chinos que apenas hablaban inglés pero que se doblaban en cuatro y te sonreían por cualquier motivo, para decirte que sí o para decirte que no, o para decirte que eras un imbécil o un genio, quien sabe, daba lo mismo. Y por ahí yo continué mandando unos relatos que ahora desgraciadamente no recuerdo. Mi madre los celebraba y mi padre se preocupaba un poco, sobre todo cuando mandé uno donde el protagonista, ya viejo y enfermo, se parecía a él, y terminaba meándose y caminando descerebrado por los pasillos de una casa muy parecida a la nuestra, pero que él sentía ajena. Recuerdo que durante una visita a Chile recorrimos juntos y en pijamas la casa, y se sonreía cuando me mostró un pasillo largo y oscuro que teníamos en el segundo piso. Me abrazó feliz cuando me demostró que estaba limpio. Todos vamos a terminar de alguna manera, pensé; aunque espero no sea así, meándonos…. y también espero –ahora me doy cuenta- que mi hija tampoco me mande un cuento parecido.
En la última carta mi madre me cuenta sobre la situación política del país. En sus descripciones ella era bien entretenida, y muy bocona. En ese tiempo mi hermano Gonzalo junto a su esposa, Anita Kuschel, regresaban al país, a Chile, después de que él obtuviera un master en los Estados Unidos. Vivieron (¿o sobrevivieron?) un tiempo viviendo con mis padres. La carta tiene buenos momentos, sobre todo cuando sin tapujos mi madre describe lo que ve a su alrededor, como cuando se topa con esos escritores de todos los días, sin ese glamour de un exitoso García Márquez o un Cortázar, y que se juntaban en la FECH donde funcionaba su Taller Literario. Me aconseja también que aproveche mi juventud, que esos serán mis mejores años. Pero nunca le creí, ni en ese tiempo ni ahora, porque para mí nunca lo fueron, para mí esos fueron los peores años; no sabía cómo escoger, qué estudiar, qué decir, me sentía solo, extraño, un perfecto pelotudo…… lo divertido es que ahora me siento parecido, pero ya me importa menos. No conozco los mecanismos que me dejan así, como estampado en la pared, realmente no lo entiendo, no lo sé. ¿Lo sabe usted?
Aquí van las cartas:
Santiago 20 de Enero de 1983
Cristiancito
Recién llegó tu carta. Tu cuento lo he leído tres veces. Estupendo. No te lo digo por halagarte. En realidad es muy bueno. Sigue escribiendo cada día un poco. La semana pasada te mandé un recorte y una carta (apartes). El lunes (Juan se lo llevó hoy a Algarrobo) te pongo al correo un libro muy útil para saber como García Márquez prepara sus libros, aunque exagera, como Neruda, al dar su mejor imagen personal.
En el Taller usamos para analizar varios aspectos con sus ponderaciones. Al tuyo yo le pondría 110 puntos. ¡Recontra bueno! Lo haces muy bien. Tienes “ángel” para que el lector sienta lo que tu esperas, ese pasar de lo latino a lo sajón (al mundo de arriba).
Un gran abrazo
Ximena
Perdona el desorden. Salgo a Algarrobo. A tu papá le llevo carta y cuento tuyo.
Santiago, Abril 7 de 1983
Querido Cristián
Tus cartas siempre nos llenan de alegría y creo que tu has sido un excelente apoyo para Gonzalo en Estados Unidos. Cuídate mucho para preservar la salud. Te envío el itinerario para tu viaje a San Francisco. Partes el sábado 7 de Mayo y regresas el sábado 14 de mayo de 1983. El pasaje reclámalo en las Oficinas de Eastern en Cleveland, fono 86173000. En Junio o Julio, si no quieres venir a Chile arregla para ir a Europa y veas a Juan Alberto. A pesar de que el dólar está caro, Dios proveerá y podremos financiar este viaje. No ahorres en comer y lleva una vida agradable porque el exceso de trabajo y la falta de distracción son negativas para la salud.
Encontramos preciosas las fotografías de tu paseo por las Cataratas del Niágara. ¿Cómo va desarrollándose la Tesis de doctorado?
Escribe pronto. Recibe un cariñoso abrazo y beso de la mamá, tus hermanos y mío.
Juan
Santiago, 16 de Mayo de 1983
Querido Cristiancito
Te escribí tres páginas detallando todo lo que veo en Chile, en Santiago, en la casa…..y hecha la necesaria catarsis, la rompí y ahora te resumo…
Hubo un paro el 11. Éxito según la oposición y fracaso según el gobierno, sólo dos muertos de 15 y 21 años por balas perdidas. 350 detenidos (600 en todo Chile). Radio Cooperativa con prohibición de transmitir noticias desde el 13 de Mayo…..dicen que todos los 11 de cada mes habrá protestas….
Ya acepto más serenamente el que Gonzalito tendrá que cuidarse siempre. Trataré de que se sientan contentos aquí. Tu papá y yo, ya arreglamos tu pieza para nosotros. Gonzalo y Anita necesitan más privacidad, así que ocuparán nuestra pieza. Mónica se fue a la pieza de Plito (sobrenombre de mi hermano menor, Álvaro) y Plito a la de Mónica.
El departamento de Huérfano se arrendó sin muebles en 30 mil pesos, y espero que ya pintado, por el de Agustinas me den más de 40 mil. Entonces, al tiro de compro dólares. Me preocupa porque vives con muy poca $$$ y desde que vi a Juan Albertito enfermo en Alemania….. (y tú estabas flaco en Diciembre).
Mi hermana Mónica ya de vuelta de Europa, (no pudo ir a ver a J. Alberto porque tomó un tour que recorría casi todas las capitales….) sólo habló con él por teléfono. (creo que ahora están los cuatro en Palma de Mallorca). Les llamaré para el cumpleaños de Cristóbal el 19. Juan Alberto y Aída y los niños (dice Mónica) que vienen a fines de año….me emociona pensar en ver a los niños aquí y sobre todo a Juan Albertito. Siento que ya no tengamos pasajes Lan, que ya no tienen ruta a Europa. Me hubiera gustado enviarles dos pasajes y así solo gastarían en los niños; quisiera tanto ver vivir aquí a J. Alberto…
Juan está trabajando en la Clínica Indisa desde el primero de Mayo. Está feliz, de 8 de la mañana a 6 de la tarde, y almuerza allá. Tiene enfermos, está contento en un ambiente hospitalario. Se llevó su secretaria, y está pensando en hacer propaganda. Son seis médicos en el equipo de urgencia y se turnan. Juan no hace noche. Él y otro están durante el día. (Me gusta a mí también sentir la casa silenciosa en las mañanas). Tengo serenidad para leer, porque ya escribir no me gusta mucho desde que vi a los vejestorios de la Fech (Federación de Escritores de Chile), donde ahora tenemos el Taller los martes. El edificio ya es un poco oscuro, y al atardecer empiezan a llegar unos cadáveres ambulantes, que parecen salidos de un film de Fellini, hombres y mujeres, flacos y viejos, que deben haber sido antes grandes personajes, pero que ahora sólo se arrastran, no exagero. Así que estoy yendo una vez a la semana a la piscina de Colina. Quiero ser una vieja asoleada sobre y bajo la tierra…es bien real el miedo a esos fantasmas…
Y pensar que pude escribirte tres páginas y ahora no sé qué más contarte, quedé vacía….es como si ya supieras todo…es que no hay nada nuevo….sí, fue nueva la cara de Plito al sentir las bocinas a las 8 de la noche contra Pinochet (era demasiado chico para el 73). No creo que resulten los paros (la gente no puede perder su trabajo), lo importante es que el gobierno entienda que debe cambiar su política económica y dar más libertad….
El Obispo de La Serena, un señor algo momio, quedó en lugar del Cardenal Silva….espero que sea un Juan XXIII…
Y me cansé y estoy disconforme, y el día está nublado y viene más lluvia. Perdona la lata de carta, si rompí la otra era por lo quejumbrosa….aprovecha de pasear, Cristiancito, porque de repente, uno se mira y el tiempo ha pasado y se ha gozado poco, se ha conocido poco. Que no te pase, sé consciente de que estos son tus mejores años, aprovéchalos, vive, cada día hace algo distinto, que no te coja la rutina. Estira los días. Conoce gente, búscate los lugares en que puedas hacerte de conocidos para elegir amigos. La gente más rica en todo aspecto, he ido aprendiendo, son los que bien jóvenes supieron que hay que tener gente y $$$ y conocimientos, y saber tomar la vida con humor, buscarle siempre el lado humorístico a la vida, eso atrae a la gente, y la gente variada trae más vida a la vida (creo que la seriedad con que han tenido que vivir Alberto y Aída les hace vivir aislados, poco al tanto del pensamiento mundial).
Averíguate que lugares frecuenta la gente de tu nivel intelectual, hácete de amigos surtidos, de todas las ideas, de todas la religiones. Acércate a la gente, a todo tipo de gente. Y ya dejo de escribir porque se termina la página.
Te quiero
Ximena
….Juan Alberto ni contesta las cartas.
Santiago 30 de Mayo de 1983
Cristiancito
Recién llegó tu foto y los 8 dólares, perfecto (y aquí tengo tu carta que no te he puesto al correo). La última semana, al fin con Gonzalito y Anita aquí ha sido menos movida. He gozado viéndolo, me había pasado un lote de películas (!!!). Está bien, ni gordo ni hinchado, y además se ve contento. Les arreglé mi pieza (tuve que sacar y lavar todo). Están contentos y eso es lo importante porque se quieren.
Me asusté un poco con tu “pelada” al gobierno por teléfono (claro que lo que decías era verdad). Gozamos tu carta larga de San Francisco.
Un gran abrazo
Ximena