Chus, la viuda de mi amigo Ignacio Carrión, me escribe por e-mail:
“Llevo una hora leyéndote y disfrutando. Me ha alegrado mucho volver a contactar. Agosto y Septiembre mucho trabajo. Cambio de casa, la consulta, los nietos, la inminente aparición del libro….pero todo bien. Yo más animada y con ganas de trabajar y de seguir viviendo. Me interesa mucho el tema de tu trabajo aunque cuando realmente disfruto es cuando escribes sobre tu familia. Seguimos en contacto. Un fuerte abrazo para Pilar y para ti todo mi cariño.”
Chus
Sigo el consejo de Chus y bajo al subterráneo de la casa para escarbar entre las cartas empolvadas que guardo entre carpetas, cajas de cartón, cuadernos, y álbumes que ya ni recordaba. Los gatos me acompañan y me los imagino también haciéndose muchas preguntas. Los siento disfrutando de está excursión hacia el subterráneo de mi casa, hacia el subterráneo de mi familia y sus historias. Por casualidad encontré una carta escrita por mi madre que considero empalma bien con mi nota anterior, escrita el 2 de Junio de este año, donde confieso que “ser desheredado es más de lo mismo”. Como mencioné en esa nota, creo que mi madre escribía bien, lo hacía bien, pero nunca se lo tomó muy en serio porque le arrancaba, “le quitaba el poto a la jeringa”. Cuando algo le resultaba bien, cuando un texto respiraba autenticidad, dolor, rabia, alegrías, ella saltaba despavorida y lo dejaba a un lado; que no, que “eso” era solo un borrador, algo escrito a la rápida y como para no aburrirse tanto. Ella poseía harto talento, no caben dudas, pero se asustó, se pasmó. En Santiago no existió ningún taller de narrativa al que ella no hubiese asistido. Le gustaba el ambiente, los escritores, las historias, la gente, pero como escribía en ese texto anterior, creo que para ella escribir era someterse a un escrutinio torturante, al análisis público, a mostrar su intimidad, sus vulnerabilidades, y eso simplemente no lo sabía tolerar y hasta ahí llegaba todo. Curiosamente, en todo orden de cosas, a ella le costó mucho enfrentar la crítica, o ese análisis que llega siempre después de las “caídas”. Pero gracias a Chus y al jolgorio de los gatos, que ahora apenas me dejan escribir porque olfatean y caminan sobre los papeles, aquí va el texto con asuntos de familia, con intimidades de familia, y que ciertamente son más interesantes que los asuntos del trabajo. Toda la razón, Chus.
Querido Cristiancito Santiago 13 de Julio, 1982
Fue rico recibir ayer otra carta tuya. La descripción que haces de esas manos… simplemente magistral. Trata de escribir algo todos los días –sobre lo que ves- quien sabe si esa sea tu verdadera vocación, la observación escrita. Y solo se escribe bien viviendo, por eso hay tanto escritor frustrado…. No saben escribir porque no tienen tema, falta de vivencias, de observación, de esfuerzo, y entonces mirando al cielo en su ociosidad se dedican a la poesía…. Además que ya estamos en la era de la necesidad de saber hacer bien distintos trabajos… piénsalo. Así, simplemente, sin escribir perfecto, solo naturalmente, como se habla.
Hace dos meses que voy a un taller de narrativa. Somos cuatro viejas, una “Lola” y un tipo con un dedo de frente (y que ya aspira a la celebridad), y el profesor, un ingeniero que aburrido del orden numérico un buen día se dedicó a escribir cuentos de ciencia ficción. Le gustó tanto su hobby que decidió dedicarse a eso solamente. Ha publicado algunas novelas y cuentos con buen éxito de crítica (ya cincuentón). Es increíble ver lo feliz que está ahora inventando cuentos. Tenemos que llevar uno por semana. Y ríete, el mío fue el mejor la semana pasada; antes siempre encontraba una disculpa para llegar sin nada. En realidad lo que más les gusta al grupo es que escuchen sus cuentos. Tenemos un buen sistema de notas:
Sintaxis 1x
Anécdota 2x
Fluidez 2x
Estilo 3x
Fuerza 4x
Ángel 5x
La nota va del uno al 7. En mi caso ocurrió lo siguiente. Casi unánimemente me pusieron un seis en sintaxis, en anécdota, en fluidez y en estilo, y un siete en fuerza y ángel. Eso me dio el puntaje más alto, 107. La gracia fue usar la famosa oración de San Ignacio.
Sintaxis 1×6=6
Anécdota 2×6=12
Fluidez 2×6=12
Estilo 3×6=18
Fuerza 4×7=21
Ángel 5×7=35
Cristiancito, no creas que es una tontera escribir. Para mí, por supuesto, no es más que una entretención, ya tengo melladas o enmohecidas las facultades mentales. Para ti es distinto. Estás viviendo experiencias que muy pocas personas tienen, y con facilidad para describirlas. Además en España y en Europa también se aprecia mucho la literatura latinoamericana por esa mirada nueva, libre del lastre de demasiada civilización, de demasiada erudición y que se nota en el modo de escribir asfixiado de los países antiguos. (Esta es la máquina de escribir de tu hermano Gonzalo, se salta letras, no tiene acentos o no lo encuentro, ni tampoco la letra que sigue a la n). Tú tienes gracia, soltura, fluidez, y eso que se llama “ángel”… más la práctica. Dicen que es bueno anotar en cualquier libretita lo que se te ocurra… con un lote de apuntes así, hay un premio Nobel que ha compuesto sus mejores obras.
Estamos contentos. El hijo de la Luz Vidal se encargó de arreglar el departamento de Jumbo Tour (que sería usado por mi padre después de jubilar) que Cerda (ex diputado DC) entregó demolido. Quedó estupendo y salió barato. Recorrí medio Santiago buscando un escritorio, una camilla y demás detalles. Quedó bonito y dentro de un presupuesto justo. Fui hasta esos remates por quiebras judiciales, pero ahí sale más caro. Me dio pena ver a matrimonios jóvenes pagando más caro que en mueblerías de Tobalaba. Compré en Almacenes París una mesa para la máquina de escribir de la secretaria en $3.500, incluido el IVA y el transporte. En un remate salió a $5,000, más el IVA y el 8% de comisión. Una silla la compré a $3.500 de encina. En el remate estaba a $4.000 más IVA e impuestos. La oficina quedó linda, gravillada de blanco, plantas, y con los dos sillones tallados, grandes, del comedor. El escritorio que elegí es de encina, lindo. Juan está feliz. Ahora va a hacer el traslado al centro. Estoy en cama con gripe. Siento no acompañarlo para ver su oficina nueva. La otra vez gozó viendo el departamento que arrendamos en Agustinas. Ya tenemos teléfono, es el 725515 (Huérfanos esquina Ahumada). Me gusta tener un diván por si voy al centro, para tener donde descansar. Y Juan tendrá ahí siempre a su secretaria para las urgencias –será útil- claro que de 9 a 6 de la tarde.
Tu hermana Mónica y Álvaro ya están pensando en las vacaciones de invierno. Les ha ido más o menos bien y trabajan toda la noche. Juan se enfermó un poco al mezclar algo de whisky con valium, para no estar preocupado de verlos despiertos trabajando tanto y toda la noche. Ya se le pasó, pero ha quedado tan asustado que no ha vuelto a probar nada de alcohol. Es importante que yo esté con él en estos tiempos. No es fácil pasar a ser un jubilado, aunque siga atendiendo enfermos en su consulta y opere donde elija con su equipo (a los que va a prestarles su oficina por algunas horas a la semana). Y también el decano de medicina le ofreció elegir donde quería hacer clases de neurocirugía. Y Juan está contento en la casa. Dice que ahora va a pedir permiso sin sueldo, este mes y el próximo, hasta que le salga la jubilación. Estamos tranquilos. En general tenemos suerte. La gente de Vitacura está amargada porque la propiedad en esos lugares ha bajado mucho de valor debido a las inundaciones. En el Drive Lo Curro, se entierra un palo un metro en el lodo, y apenas asoman los mesones.
Si todo va bien y le pagan a Juan su desahucio, compraré algo en Mallorca con buena vista, aunque sea de tan solo dos cuartos. Añoro volver allá y ustedes tendrían un lugar de ensueño para ir a verme. Mónica y Álvaro también dicen que tendrán que buscar trabajo afuera. ¡Y es tan barato que yo viva en esa isla! Juan irá cuando quisiera. Espera dejar de trabajar en unos tres o cuatro años más.
¿De qué más puedo contarte que no lo sepas tú? Subió el dólar a 47 y cada mes subirá algo más. Se permite reimportar mercadería debido a lo poco que la gente aquí puede gastar. La gente ha retirado sus ahorros de miedo a que se los congelen. Han habido grandes festejos con motivo del centenario de la batalla de la Concepción donde hasta trajeron el corazón de varios oficiales. A Lafourcade lo sacaron del canal 7. En el Teatro Municipal de Viña, cuando le entregaban el premio Luisa Bombal por US $10.000 reclamó por el apagón cultural y no sabemos qué más porque solo radio Cooperativa ha comentado el asunto. Ahora hasta discuten si deben entregarle el premio o no, y de la inoportunidad de protestar en es evento. Por ahora sigue trabajando en El Mercurio.
La oficina de Huérfanos con Agustinas quedó tan linda dividida en piezas, con sus dos baños, que creo darían fácilmente más de mil dólares al mes.
Está oscureciendo y apenas leo lo que escribo. Estoy cansada con esta máquina sobre mis piernas. Gracias por tus cartas. ¿Hay allá espectáculos teatrales o ballet? Cuéntame si ves algo de eso. Son los mejores recuerdos que tengo de EE.UU. Aunque no entendía el ingles, conociendo la obra lo gozaba.
Avísame si quieres te mande por correo tus bototos y ese sweater fino color beige.
Un gran abrazo. Si tienes tiempo envíale unas letras a Cariola. Estuvo hospitalizado y ahora está esperando la muerte de su padre que tiene más de noventa años.
Te quiero tanto cristiancito….
Ximena
…recién supimos que lo más grave fue que Lafourcade pidió la vuelta a la democracia.
Creo que Chus tiene razón al interesarse más con las historias de familia. Una mirada rápida y superficial, imagina que los asuntos de familia pueden llegar a ser nada más que eso, asuntos de familia, restringidos hacia la familia y los más cercanos, y por eso mismo, faltos de interés. Se ventilan asuntos demasiado íntimos y uno a veces los imagina como personales, alejados de algo universal y que nos toque a todos, que nos llegue a todos. Claramente eso no ocurre. En las historias de familia y sus intimidades, se palpa de todo un poco, se ve amor, se conoce la traición, se presentan hijos ilegítimos -como los NN, en mi caso- y todo amenizado con bastante drama; es decir, se tocan temas bien universales y que nos atañen a todos de manera individual; nos llegan, y por eso nos identificamos con ellos.
Y de manera más general, la carta anterior muestra lo importante que es la escritura, las palabras, el texto, porque de alguna manera rescatamos eso que fue, eso que ocurrió, nuestras vivencias y anécdotas de otros años, y donde incluso se rescata a esa madre que partió, que ya no existe… y eso es triste, es lastimoso comprobar que en la vida diaria ya no queda nada de esa madre que encontramos en los textos de esos años, de esa mujer que tocamos levemente y que logramos atisbar en sus escritos. Pero tristemente esa es nuestra realidad, eso es lo que nos queda después de transcurridos tantos años, más de treinta y cinco, porque esa madre –la de la carta anterior- ya se fue, cerró los postigos, descorrió las persianas y partió.
¿Se hubiera imaginado ella, mi madre, que su hijo, su “cristiancito querido”, “te quiero tanto, cristiancito”, terminaría usando esa supuesta “gracia, soltura, fluidez, y eso que se llama ángel” para aguijonearla a ella con palabras, con un texto, con la escritura a la que ella me empujó?
Y claro, parte de esta nota la construí también basada en papelitos sueltos, esos que escribo siempre en una libretita que nunca me abandona:
“….dicen que es bueno anotar en cualquier libretita lo que se te ocurra”.